Esta sesión es un "baño de alma": una purificación que no solo limpia tu campo energético de memorias celulares antiguas y energías densas que condicionan tus reacciones y bloquean tu camino, sino que reequilibra tu vibración para que puedas habitarte de nuevo.
Al liberar estas cargas invisibles, recuperas ligereza emocional, claridad mental y una sensación renovada de conexión contigo misma y con tu propósito vital.
¿Cuándo necesitas una limpieza energética profunda?
Puede que tu cuerpo lo sepa antes que tu mente. Una limpieza energética con péndulo hebreo puede ser lo que necesitas si sientes: > Cansancio crónico aunque duermas horas suficientes. > Insomnio, despertares frecuentes o sueños agitados. > Pesadez emocional: sensación de tristeza, angustia o vacío sin un motivo claro. > Irritabilidad constante o reacciones desproporcionadas a pequeñas situaciones. > Dificultad para concentrarte, tomar decisiones o mantener la motivación. > Sensación de estar “invadida” emocionalmente: recoges el dolor, la rabia o el miedo de otros sin poder evitarlo. > Repetición de patrones emocionales que ya creías haber trabajado. > Apatía o desconexión de ti misma, como si estuvieras viviendo en piloto automático. > Dolores físicos recurrentes (como presión en el pecho, dolor de espalda o tensión en la cabeza) sin causa médica aparente. > Ciclos que no logran cerrarse: relaciones, duelos, pérdidas que siguen “abiertos” dentro de ti. > Sensación de estar “bloqueada”: sabes que quieres avanzar, pero algo invisible te lo impide. También es muy recomendable cuando has atravesado situaciones de alta carga emocional como: > Pérdida de un ser querido. > Ruptura de pareja o relaciones conflictivas. > Cambios vitales importantes (mudanzas, separaciones, nuevos comienzos). > Procesos de burnout o desgaste laboral. > Trabajos energéticos, terapias o rituales intensos sin limpieza posterior.