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Qué terapia elegir según lo que necesitas internamente

Actualizado: 2 nov

A veces sabemos que necesitamos ayuda, pero no sabemos qué tipo de terapia elegir. Este texto te guía a reconocer qué está pidiendo tu cuerpo y tu energía en este momento de tu vida.

Elegir una terapia no es elegir una técnica. Es reconocer qué está pidiendo tu sistema en este momento de tu vida. Porque lo que llamamos “problema” casi nunca es solo mental: también vive en el cuerpo, en la energía, en la historia familiar, en la forma en que te hablas y en la relación que tienes con el presente.


Hay etapas en las que necesitas sostén, otras en las que necesitas entender, y otras en las que lo que más sana es moverte, actuar, abrirte. Cada momento vital tiene un lenguaje distinto, y cada herramienta trabaja una capa concreta de ese lenguaje: unas calman, otras revelan, otras ordenan o impulsan.

Por eso una misma persona puede necesitar terapias diferentes a lo largo del tiempo, o incluso combinarlas. No porque haya que hacer más, sino porque la vida se mueve en capas, y cada una responde a una necesidad específica: el cuerpo pide alivio, la emoción pide espacio, la conciencia pide comprensión y la energía pide dirección.


La clave no está en la técnica, sino en saber desde dónde la eliges. Una terapia elegida desde la urgencia te lleva a buscar resultados rápidos; una elegida desde la escucha te lleva hacia el lugar exacto donde tu sistema está listo para transformarse.

Este mapa no pretende decirte qué hacer, sino ayudarte a reconocer qué está ocurriendo dentro de ti y qué tipo de acompañamiento puede facilitar ese movimiento natural hacia la vida.



1. Cuando sientes que no puedes más

(Agotamiento, estrés, confusión, duelo, estancamiento, enfermedad, inestabilidad, sobrecarga mental)


Hay momentos en los que la vida se hace demasiado grande. No sabes exactamente en qué punto te perdiste, solo notas que el cuerpo ya no responde como antes: te cuesta descansar, la mente no se apaga, el cuerpo se desequilibra y enferma, todo te exige más energía de la que tienes, la vida se estanca. Este momento suele estar cargado de pérdida, ya sea de estabilidad, de vitalidad, de salud, de dinero...

Es un estado de sobrecarga del sistema, una alerta que el cuerpo activa cuando lleva demasiado tiempo sosteniendo lo que la conciencia aún no ha podido soltar. Y llega un momento en el que no se puede seguir tirando.


En este momento, tu sistema está pidiendo descargar, recuperar energía y volver al cuerpo. Antes de intentar comprender lo que ocurre o resolverlo, necesitas aflojar la tensión acumulada y permitir que la energía vuelva a moverse. Solo desde ahí podrá aparecer algo de claridad.


Qué necesitas internamente


  • Que alguien te sostenga sin exigirte nada.

  • Que tu cuerpo respire, se libere y recuerde cómo relajarse.

  • Que el ruido mental se calme para que la mente vuelva a su ritmo natural.

  • Que la energía, estancada o dispersa, recupere flujo y dirección.


Este no es un momento para analizar, sino para recuperar el contacto con lo simple: dormir, descansar, sentir el suelo, volver a ti.


Terapias que pueden acompañar este momento


👉Péndulo hebreo o terapia energética. Ayudan a limpiar la saturación del campo energético y a equilibrar el sistema nervioso. Actúan de forma suave, descargando la tensión acumulada y facilitando la recuperación de la vitalidad.

👉Masaje relajante o reflexología podal. El cuerpo necesita recordar la sensación de bienestar y seguridad. Estas terapias estimulan la circulación, calman el sistema nervioso y devuelven al cuerpo la sensación de “estar habitado”. No se trata solo de placer físico, sino de volver a habitarte sin exigencia.

👉 Focusing. Una manera de escuchar lo que el cuerpo intenta decir sin forzarlo y promover un cambio desde dentro.

👉Psicoterapia o acompañamiento regular. Cuando la sobrecarga ha durado demasiado, puede ser necesario un espacio estable donde hablar, llorar o pensar sin miedo. La psicoterapia sostiene el proceso de reconstrucción, paso a paso, cuando la vida cotidiana ya no alcanza para sostenerte sola.


2. Cuando quieres comprender el sentido de lo que vives

(repeticiones, relaciones que te desgastan, sensación de carga o de estar estancada en lo mismo)


Hay etapas en las que te das cuenta de que siempre acabas en el mismo punto. Cambian las personas, los lugares o las circunstancias, pero la sensación es parecida: vuelves a vivir lo mismo con distinto escenario. Quizá te cuesta poner límites, eliges parejas parecidas, te exiges más de lo necesario o cargas con responsabilidades que no son tuyas.


En ese momento ya no buscas calmarte, sino entender por qué. Quieres comprender qué hay detrás de esas repeticiones y qué parte de tu historia te está llevando una y otra vez al mismo lugar.

No es casualidad. La vida repite hasta que algo se ve, hasta que una parte de ti puede asumir lo que antes no pudo.


Qué necesitas internamente


  • Ver el origen de lo que se repite.

  • Comprender por qué reaccionas como reaccionas.

  • Entender qué cargas o mandatos sigues sosteniendo sin darte cuenta.

  • Dejar de culparte y empezar a mirar con perspectiva.


Comprender no es pensar más, sino ver con claridad lo que antes estaba en sombra. Cuando entiendes el sentido, aparece espacio para elegir distinto.


Terapias que pueden acompañar este momento


👉Tarot sistémico. Te ayuda a ver de forma simbólica lo que está actuando detrás de tus decisiones o vínculos. Pone sobre la mesa dinámicas familiares, mandatos o repeticiones que quizá no habías notado.

👉Constelaciones familiares o astrológicas. Permiten mirar las relaciones desde una perspectiva más amplia, entender tu lugar en la familia y soltar lo que no te corresponde. Las constelaciones astrológicas, además, unen esa mirada con tu carta natal, mostrando qué temas de tu historia están activos ahora.

👉Astrología terapéutica. Sirve para entender tus ciclos y patrones personales: por qué en ciertos momentos se activan los mismos conflictos o necesidades. Ayuda a ver el contexto más grande de lo que te ocurre, sin fatalismo, para que acompañes tu proceso en lugar de forzarlo.

👉Psicoterapia o focusing. Cuando comprender despierta emociones intensas, estos espacios permiten procesarlas y hacer que la comprensión baje al cuerpo. Si quieres saber más sobre focusing, te recomiendo leer este artículo: Qué es focusing y cómo funciona.


3. Cuando estás en transición o necesitas dirección

(cambios de rumbo, decisiones, etapas que terminan, necesidad de claridad o propósito)


Hay momentos en los que la vida se mueve, te guste o no. Lo que antes funcionaba deja de hacerlo, lo que antes te sostenía ya no encaja. Sientes una mezcla de claridad y vértigo: sabes que algo termina, pero aún no tienes claro qué empieza.

A veces son decisiones concretas —un trabajo, una relación, un cambio de ciudad—,otras veces es algo más sutil: la sensación de que ya no puedes seguir siendo la misma persona. Por fuera sigues igual, pero por dentro la dirección ha cambiado.


Este es el momento de las preguntas grandes: ¿Hacia dónde quiero ir ahora? ¿Qué necesito dejar atrás para poder avanzar? ¿Quién soy cuando no me defino por lo que ya se fue?


Este momento vital está muy relacionado con cierres. Cuando una etapa termina —una relación, un trabajo, una mudanza, una forma de ser—, el cuerpo y la energía quedan llenos de restos: vínculos, pensamientos, emociones que siguen vibrando aunque la historia ya haya terminado.


Qué necesitas internamente


  • Silencio para escucharte y tiempo para decidir sin prisa.

  • Conectar con lo que te da sentido hoy, no con lo que solía hacerlo.

  • Aceptar que toda elección implica pérdida.

  • Aprender a sostener la incertidumbre sin frenarte.


La dirección no aparece desde la cabeza. Llega cuando hay espacio: cuando el cuerpo se calma y puedes sentir qué movimiento se siente vivo y cuál no. La claridad no se piensa, se reconoce en el cuerpo.


Terapias que pueden acompañar este momento


👉Astrología terapéutica. Ayuda a entender en qué ciclo vital te encuentras y qué energía está pidiendo expresión. Ver los tránsitos o progresiones no para predecir, sino para comprender qué proceso interno está madurando ahora y cómo acompañarlo sin resistencia.

👉Coaching integrativo. Te ayuda a traducir esa claridad interior en pasos concretos. Pone estructura donde hay caos y dirección donde hay dispersión, sin perder la conexión con lo esencial.

👉Focusing. Permite escuchar lo que tu cuerpo siente ante cada opción. El cuerpo siempre sabe hacia dónde hay vida y hacia dónde no.

👉Tarot sistémico o constelaciones astrológicas. Muestran qué dinámicas te impulsan o te detienen en la toma de decisiones. Pueden revelar si el bloqueo viene de un miedo propio o de una lealtad familiar inconsciente.

👉Péndulo hebreo. Facilita el cierre de etapas limpiando la energía que queda vinculada a situaciones o personas del pasado. Ayuda a cortar lazos, liberar memorias y recuperar ligereza para avanzar.


Conclusión


Cada proceso tiene su ritmo. Hay etapas para detenerse y cuidar el cuerpo, etapas para mirar lo que duele, etapas para elegir con conciencia, y momentos en los que la vida simplemente se abre sola.

Ninguna es mejor que otra: todas forman parte del mismo movimiento. El cuerpo contrae, la conciencia revela, la energía se reordena y, al final, la vida vuelve a expandirse. Ese ciclo se repite una y otra vez, cada vez con más presencia y menos resistencia.


La terapia, en cualquiera de sus formas, no crea ese movimiento: solo lo acompaña. Porque el impulso de sanar no viene de afuera; viene de la propia vida queriendo continuar.

A veces la ayuda llega como descanso, otras como comprensión o como decisión. Y cuando el proceso se completa, lo terapéutico ya no está en una sesión, sino en lo cotidiano: en cómo respiras, cómo hablas, cómo te tratas. Ahí empieza la verdadera apertura. No la del final, sino la de cada día.


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