¿Te ha pasado? De repente, sientes un nudo en el estómago. Un peso en el pecho. Un malestar extraño, sin razón aparente, que recorre todo tu cuerpo. Intentas ignorarlo. Sigues con tu día, te distraes. Pero esa sensación sigue ahí, como un eco sordo en el fondo de tu mente. Y te preguntas:
🔹 ¿Por qué me siento mal si todo está bien?
🔹 ¿Por qué me invade esta tristeza si no tengo motivo?
🔹 ¿Por qué tengo ansiedad si no ha pasado nada malo?
Lo sé. Y déjame decirte algo: no es aleatorio. Ese malestar no surge de la nada. Es una señal. Tu cuerpo está tratando de decirte algo. Pero en lugar de escucharlo, lo callamos. Nos distraemos. Lo tapamos con trabajo, redes sociales o incluso con frases como "esto ya pasará". Hasta que vuelve. Y vuelve. La pregunta es: ¿vas a seguir ignorándolo o vas a descubrir lo que realmente significa?

¿Por qué me siento mal sin motivo? La verdad detrás de tu malestar emocional
Cuando sientes una emoción sin explicación aparente, no significa que no tenga un origen. Lo que pasa es que muchas veces la mente aún no lo ha descifrado, pero el cuerpo ya lo sabe.
Tal vez tu tristeza no es por el presente, sino por algo no resuelto del pasado.
Quizás tu ansiedad no viene de lo que está pasando ahora, sino de algo que temes enfrentar.
Puede que esa opresión en el pecho no sea "estrés", sino una emoción atrapada que no supiste procesar.
Tu cuerpo recuerda lo que tu mente olvida. Y aquí es donde entra el Focusing, un método que te ayuda a conectar con esas sensaciones y descubrir su verdadero significado. En lugar de sobrepensar lo que sientes, aprendes a escuchar a tu cuerpo y permitir que te muestre la respuesta.
Muchas veces, la razón de nuestro malestar no es lo que creemos, y cuando lo identificamos, la emoción cambia y se libera.
Cómo escuchar lo que tu cuerpo quiere decirte (y dejar de sentirte perdida en tus emociones)
El Focusing es una herramienta para acceder a esa sabiduría interna que ignoramos. No se trata de pensar sobre lo que sentimos, sino de sentir lo que sentimos hasta que la respuesta emerge por sí sola.
📍 No es racionalizar. No es analizar con la cabeza.
📍 Es escuchar con el cuerpo. Porque ahí es donde se guardan las respuestas.
Cuando practicas Focusing, en lugar de preguntarte "¿por qué me siento así?", aprendes a preguntarle a tu cuerpo:
"¿Dónde siento esto?"
"¿Cómo se siente exactamente?"
"Si esta sensación pudiera hablar, ¿qué me diría?"
Y muchas veces, lo que aparece te sorprende.
Ejemplo práctico: descubre qué hay detrás de tu malestar
Imagina que llevas días con una sensación extraña. No sabes si es tristeza, ansiedad o simplemente agotamiento emocional.
Cierras los ojos y respiras profundo.
Observas tu cuerpo. ¿Dónde sientes la incomodidad? ¿En el pecho? ¿En el estómago
Te quedas con la sensación. Sin forzar respuestas. Sin huir de ella.
Le das espacio. Y de pronto, surge una imagen, una palabra o un recuerdo. Tal vez te das cuenta de que te sientes así porque te guardaste algo que querías decir. O quizá surja la imagen de una conversación reciente en la que sentiste que no te valoraban. Y ahí está la respuesta: tu malestar no es aleatorio, sino una señal de algo que aún no habías procesado. Y ahí está la clave: cuando reconoces la raíz del malestar, algo dentro de ti cambia.
Me siento mal y no sé por qué… ¿Cómo empiezo a escucharlo?
Si has llegado hasta aquí, probablemente sientas que hay algo dentro de ti que necesita ser escuchado. El Focusing es una herramienta para que dejes de sentirte atrapada en emociones que no entiendes. No necesitas tener todas las respuestas. Solo aprender a escuchar de otra manera.
Si quieres descubrir lo que tu cuerpo intenta decirte, agenda una sesión de Focusing aquí. Porque muchas veces, el alivio que buscas no está en "pensarlo más", sino en sentirlo mejor.
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