¿Quieres cambiar tu diálogo interno, pero tu mente no te deja en paz? Entiendo tu frustración. Sé lo que se siente cuando esa voz interna repite lo mismo una y otra vez, cuando te dice que no sirves para nada, que no puedes, que algo está mal en ti. Y aunque intentas callarla, ignorarla o contradecirla con afirmaciones positivas, sigue ahí. Persistente, incansable. Pero hay algo que no sabes...
La crítica interna, esa parte de ti que parece tu peor enemiga, en realidad tiene sus razones. No aparece de la nada ni actúa sin motivo. Es una voz que aprendió a protegerte a su manera, aunque a veces lo haga de forma dolorosa. Y aquí es donde el focusing marca la diferencia. No se trata de eliminar esa voz, sino de aprender a relacionarte con ella de una forma distinta, para que tu diálogo interno deje de ser un castigo y se convierta en un recurso de transformación.
Si te has preguntado alguna vez "¿Por qué soy tan dura conmigo misma?" o "¿Cómo puedo dejar de autosabotearme y dejar de tener pensamientos negativos sobre mí misma?", sigue leyendo, porque vamos a desglosarlo.
En este artículo, exploraremos:
¿Qué es la crítica interna y por qué es tan cruel contigo?
¿Cómo reconocer a tu crítica interna?
Los errores más comunes que cometemos cuando queremos cambiar el diálogo interno
Cómo cambiar tu diálogo interno sin pelear contra ti misma
¿Te gustaría aprender a transformar tu diálogo interno con focusing?

¿Qué es la crítica interna y por qué es tan cruel contigo?
La crítica interna no es solo un pensamiento negativo ocasional. Es una parte de ti que se ha fortalecido con los años, tomando un papel de juez severo que cree que su misión es protegerte a toda costa. Aparece en los momentos de mayor vulnerabilidad a través de tu diálogo interno, cuando te atreves a hacer algo nuevo o cuando sientes que podrías fallar. Y lo hace con el único objetivo de evitarte dolor y sufrimiento.
Se origina en experiencias tempranas, en comentarios que escuchaste de niña, en expectativas que no cumpliste, en comparaciones que aprendiste a hacer. Quizá alguien te dijo que debías esforzarte más, que no eras tan inteligente, que tenías que ser "buena" para ser querida. Sin darte cuenta, tomaste esas palabras como verdades absolutas y tu mente creó una voz interna que te recordara constantemente esos "deberías" para evitar que te lastimen de nuevo.
No naciste con esa voz crítica. La aprendiste. Y aunque suene paradójico, en su origen no quería hacerte daño, sino evitarte el dolor del rechazo o el fracaso. Es una estrategia de supervivencia que, con el tiempo, se volvió un obstáculo en lugar de una ayuda.
Se disfraza de perfeccionismo: "No lo hagas si no va a salir perfecto."
Te paraliza con miedo: "Si intentas esto, harás el ridículo."
Te hace sentir que nunca es suficiente: "Podrías haberlo hecho mejor."
Te recuerda fracasos pasados: "Recuerda lo mal que salió la última vez."
El problema es que ahora, en vez de protegerte, te bloquea, te frena y te mantiene anclada en un ciclo de autosabotaje. Cada vez que intenta "ayudarte", en realidad refuerza la inseguridad, el miedo y la sensación de insuficiencia. Pero aquí está la clave: no tienes que seguir creyendo cada palabra de tu crítica interna. Si quieres cambiar tu diálogo interno, debes empezar a relacionarte con tu crítica interna de una manera diferente.
¿Cómo reconocer a tu crítica interna?
Si te cuesta identificar cómo opera en tu vida, estas son algunas de sus estrategias más comunes:
Generalizaciones extremas: "Siempre arruinas todo", "Nunca lo harás bien". La crítica interna no se basa en hechos, sino en absolutos. Convierte un error puntual en una sentencia de vida, haciendo que te sientas atrapada en un ciclo de fracaso inevitable.
Comparaciones destructivas: "Mira a esa persona, ella sí lo logra". Esta voz interna nunca juega limpio. Te compara con los demás desde un filtro distorsionado, resaltando lo que otros tienen y minimizando tus propios logros.
Miedo al ridículo: "No hables, te van a juzgar". La crítica interna te hace creer que la peor consecuencia de cualquier acción es la humillación. Activa recuerdos de vergüenza pasados y proyecta escenarios en los que fallas y eres expuesta al rechazo.
Duda constante: "¿Y si no lo logras? ¿Y si te equivocas otra vez?". La inseguridad que genera no se basa en hechos, sino en suposiciones. La crítica interna siempre imagina el peor desenlace y te paraliza para que ni siquiera intentes.
Autocastigo por errores del pasado: "¿Cómo pudiste hacer eso? No mereces perdón". Te mantiene encadenada a lo que hiciste o no hiciste, ignorando tu crecimiento y aprendizaje.
Perfeccionismo extremo: "Si no lo haces perfecto, ni lo intentes". En lugar de motivarte, la crítica interna establece estándares inalcanzables para que nunca te sientas lo suficientemente buena.
Desvalorización de logros: "Eso no fue tan importante, cualquiera lo hubiera hecho". Minimiza tus avances y hace que nunca sientas satisfacción real por lo que consigues.
Sensaciones de resistencia sin explicación lógica: No siempre se expresa en palabras. A veces, simplemente sientes una barrera invisible cuando intentas hacer algo bueno para ti. Sabes que levantarte temprano, hacer ejercicio o salir a un evento te haría bien, pero te quedas en la cama, sin energía ni motivación. Es una forma de autosabotaje silencioso en la que tu cuerpo responde antes que tu mente, deteniéndote sin que puedas justificar exactamente por qué.
Si estas frases o sensaciones te resultan familiares, no eres la única. Muchas mujeres viven prisioneras de este diálogo interno sin darse cuenta de que esa voz no es la verdad absoluta, sino una construcción que puede transformarse.
Los errores más comunes que cometemos cuando queremos cambiar el diálogo interno
Cuando intentamos modificar nuestra forma de hablarnos, solemos caer en trampas que refuerzan aún más la voz crítica. A veces, intentamos reprimirla con afirmaciones positivas que no sentimos reales, ignorarla o atacarla”. Sin embargo, cuanto más luchamos contra ella, más se fortalece, porque su función es protegernos.
También nos reprochamos por seguir sintiendo lo mismo. Nos decimos: “¿Cómo puede ser que todavía me pase esto?” o “Debería haber superado esto ya”. En lugar de ayudarnos, estos reproches solo nos hunden más en la sensación de insuficiencia y bloqueo.
Otras veces, llegamos a identificarnos completamente con nuestra crítica interna. No la vemos como una parte de nosotras, sino como nuestra identidad completa. Si nos dice “No vales nada”, lo tomamos como un hecho irrefutable, sin darnos cuenta de que esa voz no nos representa al completo.
En todos estos casos, terminamos atrapadas en el mismo ciclo. El verdadero cambio del diálogo interno no ocurre cuando intentamos eliminar la crítica interna, sino cuando aprendemos a escucharla sin identificarnos con ella.
Cómo cambiar tu diálogo interno sin pelear contra ti misma
El focusing no busca que desaparezca tu crítica interna. Busca que la conozcas, que la escuches sin miedo y que la transformes en una aliada. Porque cuando aprendes a dialogar con esa parte de ti en lugar de pelear con ella, deja de ser un obstáculo y se convierte en una guía. Y entonces, sin forzar nada, sin afirmaciones vacías, tu diálogo interno empieza a cambiar desde adentro. No porque lo obligaste, sino porque finalmente escuchaste lo que esa parte de ti realmente necesitaba.
En lugar de pelear contra la crítica interna o intentar callarla con frases positivas que no sientes, el focusing te invita a hacer algo diferente: acercarte a ella con curiosidad.
Cuando te detienes y en lugar de empujarla lejos la observas, puedes preguntarle:
¿Qué intentas decirme?
¿Cuándo empezaste a hablarme así?
¿A qué le tienes miedo?
Lo sorprendente es que muchas veces, al escucharla de verdad, descubres que esa voz no quiere destruirte. Quiere protegerte de la decepción, del rechazo, del dolor. Solo que lo hace de una forma que ya no te sirve. Cuando la entiendes, algo cambia. Ya no necesitas luchar contra ella ni obedecerla ciegamente. Puedes verla como una parte de ti que necesita algo diferente. Puedes agradecerle su intención, pero también enseñarle otra forma de hablarte.
¿Te gustaría aprender a transformar tu diálogo interno con focusing?
Si sientes que tu crítica interna te está limitando y quieres aprender a relacionarte con ella desde otro lugar, puedo ayudarte. A través del focusing, te guiaré en un proceso profundo para que dejes de pelear con tu mente y comiences a entenderla.
Si quieres explorar este camino y trabajar conmigo, contáctame y empecemos juntas esta transformación. Tu diálogo interno puede ser tu mayor aliada. Solo necesitas aprender a escucharlo de la manera correcta.
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